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Parte 3: Cuando las papas quemas...


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Sus manos entrelazadas con las mías mientras nos dirigíamos hacia la playa, se sentía tan familiar, tan bien, con tanto cariño, que entrabamos en una especie de romance desenfrenado.

Su cabeza arrecostada sobre mi hombro derecho, y mis manos incluso 
golpeteando sus piernas tiernamente, pero con deseo, hacía presagiar que ese día, era el día.

Era verano, pero se sentía muy frio en viento, lo que fue excusa perfecta para abrazarle y abrigarle, pues además de su polo de tiras, ese “short jean” veraniego que llevaba, le jugaba una mala pasada. La puse entre mis piernas, le abrazaba y los roces nos hacían olvidar del viento y brisa miraflorina. Ya no aguantaba las ganas, pero tenía que seguir con algo más de calma.

A pesar de la poca luz que había en la zona, algunas personas transitaban por allí, y eso hacía que se reestableciera la cordura. Dudaba demasiado sobre si dar el primer paso y besarle, pues me esquivaba de forma juguetona. Otra vez, se hacía de rogar, pero a diferencia de una Plática, en estas instancias a las mujeres se les tiene que someter. He podido comprobarlo, y el Sometimiento, cuando ya se hizo el camino, es excitante para ellas. Intelectuales o campesinas, Lo mismo da.

El tiempo no perdonaba y reloj se volvió mi enemigo. Habían pasado otra vez casi 2 horas, y 
aún ni comíamos lo que habíamos comprado en KFC. Hacía cálculos mentales, del tiempo que 
necesitaba para llevarla a un hotel “económico” por San Miguel o Magdalena y todo lo que eso 
implicaba. Lastimosamente necesitaba al menos 4 horas, y sólo me quedaban 2, mientras a 
ella, otra vez su prima, le reventaba el celular, pues le esperaba lista para salir a correr como estilaban hacerlo todas las noches, según ella.

“¿En serio, nunca has comido esto? ¿En Cajamarca no había KFC? ¿Te gusta la ensalada dulce? 
¿Qué tal? ¿Te gusta lo que compramos?”
Ella comía intentando guardar las apariencias. Por el ritmo de trabajo de ella, era obvio que sintiera hambre, en cambio yo sin apetito pues el poco tiempo que me quedaba, me perturbaba, y Al menos deseaba explorar la mitad de su casi virginal cuerpo… Me equivoque feo en esto 
último.


Habiéndole robado algunos besos afuera del auto, luego de comer, fui presa fácil de mis instintos animales. Buscaba entrar en clímax, pero nos estaba costando. Con besos ardientes y con mucha libertad, lograba coger sus manos, estrujar sus piernas, su cintura, su culito, y esos 
hermosos senos. Me convertí en un pulpo, aunque ella aún con algunos reparos.

Comencé a intentar cosas más osadas. Recliné mi asiento e hice que estuviera medio cuerpo encima mío. Allí mientras sus besos eran dulces y tiernos, yo ya me la alucinaba en todas las posiciones. Buscaba a toda costa que ella siga “On-fire”… pero se me pasó la mano.

Le preguntaba si había hecho algo así con su expareja, si le gusta tal o cual cosa en lo íntimo, y mientras nos mirábamos al hablar, con mi otra mano, logré liberar al pajarraco de la jaula. De reojo me miraba haciéndose la desinteresada, haciéndose la digna.

Todo salía perfecto. De a pocos llevé su mano a mi cintura y así íbamos bajando. Lento pero seguro, comenzaron sus roces y toqueteos. De pocos y de ratitos, acariciaba a mi amigazo, pero este malcriado, no paraba de apuntarle de forma amenazante.

Ella Iba y venía a su ritmo, retirando su mano abruptamente con sonrisa nerviosa. Cuanta adrenalina en menos de 1 hora.

 

Aunque ella aún no se atrevía a mirar todo lo que se iba a comer, su lengua humedecía sus delgados labios, y ciertos movimientos que hacía, la delataban: Estaba a poco de tener un 
orgasmo!!!!


Me volví sumamente descarado, por lo que cuando me sentaba de rato en rato para asegurarme de que estuviéramos solos, de a pocos, me descubría aún más.

Ya casi al natural, Ella miró todo el paquete y se le hacía agua la boca. Me acosté sobre mi butaca reclinada, y la jalé Hacia mí con vehemencia. La timidez se esfumó. Su mano no dejaba de estrujar y masajear al Insolente, por lo que llevé su cabeza hacia el sur, y comenzó a chuparlo cual paleta/chupete. 


Su felación inexperta, me incitó a decirle: “Así no. Hasta el fondo.” Así que empuje su cabeza 
sobre mi cómplice, y como era de esperarse, se atoró. Comenzó a toser, por lo que dijo con voz alta y seria: “Me vas a provocar eh. Yo no sé ah”.

 

Dicha frase no la entendí bien, pues no sabía si me estaba riñendo por algo malo que hice, o porque iba a pedirme que se lo hiciera en el auto. Hasta ahora no sé qué quiso insinuar, pues 
nunca le pregunté. Me asustó su reacción.


Para rebajar las revoluciones, le dije, contesta el teléfono y dile a tu prima que vas a llegar tarde.
“¿Mas tarde? ¿Como a qué hora? No puedo. Mi prima se va a molestar conmigo. Ya es tarde”
“Ok, dile que 45 min estás en casa”

Mientras contestaba a su prima en alta voz, echaba un vistazo disimulado a mi celular, pues 
había pasado casi 3 horas, y debía regresar a casa a las 11pm como máximo. Me puse nervioso 
pues la madre de mis hijos me había llamado 2 veces. Todas las ganas se me pasaron en “One”, pues se supone que eso no pasaría.

Debía deshacerme rápido de la situación, de Patty. Salí del auto con la excusa de que quería miccionar. Caminé hacia un malecón oscuro, saqué el celular, llamé y me justifiqué. Como era de esperarse pues todas las mujeres son brujas, no me creyeron, y hasta ganas de vomitar me dio.

“No me había dado cuenta de la hora. Tienes razón, ya van a ser las 11 pm. Quieres que te vaya a dejar a tu casa ahorita? ¿o nos podemos quedar un ratito más?”

“Ummm. Un ratito más, nomás.”, dijo ella.

Mi Cajacha estaba ardiendo de placer, mientras yo, super desencajado con la mente puesta en casa y de cómo podría solucionar el problema. Fue en ese momento donde comprendí, lo ques Solamente entendía, aquel dicho de “cuando las papas queman”.

Tenía en frente a una guapa mujer con su papa ardiendo, mojadita y queriendo más, pero del otro lado, a la que ahora es mi exesposa, esperándome como pan de 2 por una explicación convincente, que no tenía.

Ambas papas estaban quemando. Y. No sabía que hacer 

Continuará…

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Espero la cuarta parte!  Bueno. Aunque puede dar más este relato 

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