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Lucia, mi veneca - Vol 4.


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Continuando, reaccionó de inmediato, colocando su mano en mi vientre, pero mi cabeza ya había casi entrado. intento pararse pero con la otra mano sujetaba su cuello hacia abajo. Aún así logro que saliera mi cabeza. Lo intente una segunda vez, solté su cuello un instante para valerme de mis dedos y ampliar la entrada, entre un poco más pero con la mano me araño el vientre y se paró enseguida. Me quito el panorama del trasero y estaba colorada cuando volteo. “Mama****”, me reí. “No seas bestia”. “Es lo que quiero, acaso no me lo piensas dar”. “Te dije que era para mí marido, el se va a dar cuenta”. ‘Que solo por eso?” Me mire el pene. “Te limpiaste bien el culo?” Se rio suave primero y luego a carcajadas eso rompió el mal momento y empezó a lavarme el pene con shampoo, masajeo toda la cabeza, con ahínco en el frenillo. Cuando empezó a enjuagarlo le pedí que lo enjuagara con su boca. Dio un rotundo no. “Ya ves la conciencia, no te limpias bien el ojete”. Fue un momento divertido al que ella sentenció que no me la chuparía por ese día, según ella de castigo. Y de castigo no me dejó entrar pelado ese día. Tuve que sacar un poncho de la billetera. Quería evitar infecciones, apenas había para comer como para ir luego al gine por infecciones, mencionó. Me salió limpia la chama. Tiramos con poncho en la ducha, luego fuimos a la cama. No era lo mismo protegido pero el sexo siempre se agradece. Me vine en el jebe, y nos quedamos abrazados en la cama hasta que salió apurada para recoger a sus hijos.

Igualmente durante la noche y al día siguiente seguí con el tema. “Quiero el anís” se reía, mandaba stickers y me dejaba con la miel en los labios. Inclusive soñé que la tiraba por el ano y sacaba oro. De tanto insistir logré sacarle un “puede ser” le mandé un sticker alusivo y dijo “mañana trataré de llegar temprano al cuarto”. Saliendo del trabajo fui a comprar lubricante y regresé a la casa. Llegó temprano y empezamos a conversar. Hablaba de todo, cosas de sus hijos o de viejos con propuestas. Cuando empezó a tocar el tema de su marido, carraspeé interrumpiéndole y le ofrecí bañarnos. Sonrió y pregunto que ideas habían en mi cabeza. En ambas muchas, conteste rápido. Quise que fuera la misma escena, los dos en la ducha, yo detrás con el pene sobándole en la raya tentando su ano. Abrí la llave de la ducha y empezamos a mojarnos. Mientras nos empapaba el agua nos besamos en medio de la cascada hasta sentir que nos ahogábamos. Le susurre si ahora sí visitaba al amigo, asintió y se arrodilló. Ella en lo suyo, mientras yo le echaba shampoo a la cabeza y empezaba a restregarlo hacia atrás y soltaba mi pinga y la volvía hacia mi. Abrí la llave y trate de que toda la lavaza cayera sobre su espalda cómo una culebra de espuma y se perdiera en su raya y eventualmente en su ano. Con confianza, con trato de pareja su mameluco era preciso. Succionaba en tramos cortos y no escatimaba en qué le golpeara la garganta y las amígdalas. Tenía los dedos metidas en su concha dándose placer cuando visito las bolas, lamia con la lengua y chupaba con los labios , regreso al tronco y perdió la compostura cuando sintió y yo sentí que mi pene se inflamaba y ella empezó a dar arcadas. “Para, para”; pedí al darme cuenta que estaba a punto de explotar dentro de ella. Ella aun en cuclillas se estremecía se había venido con los dedos adentro. Ella aun seguía de rodillas y yo acostado en la pared viendo mi pene vibrar y sintiendo un cosquilleo, logré evitar eyacular. La puse de pie, la voltie, le invite a que se inclinara un poco, abrí la llave del agua, observé cómo el agua se escurría por su columna hasta perderse en el oscuro resquicio de placer que necesitaba, le abrí las nalgas y su orificio lucia más dilatado que la vez anterior. Metí un dedo mojado, despacio y cauteloso, tanteando su terreno inexplorado (al menos para mí 🤡), luego di círculos sobre el contorno anal y regresé adentro con dos dedos. Se fue dilatando lentamente cuando los dos dedos entraron y salieron, se volvió a estremecer mi Lucy. Malito en punto de partida le dio un beso en el agujero abierto. Una gotas de liquido pre seminal salieron y empecé a recorrer en la entrada en círculos casi resbalando. Lucy empezó a temblar y respirar fuerte. Métemelo! Grito. Pensé en el lubricante pero estaba ya en tiro cuando metí la cabeza y nuevamente sentí su mano en mi vientre. Ponte condón dijo. Tmr matapasion, pero yo tenía mi método. Ya me la olía que lo iba a pedir y lo tenía armadito encima del tanque del inodoro. El condón resbaló rápido, pude ver cómo tenía algo de aire 😁. Lo introduje lentamente abriéndome al placer de sentir como iba cediendo a la presión, como iba ganando terreno a las profundidades de su cuerpo tanto como de su voluntad. Se que le arrechaba sentirse poseída cuando me miraba. Cuando entro toda mi pinga y me detuve por unos segundos para sentir la calentura y la presión que como cuerdas lo iba apretando. Si eso sentía con condón como sería pelado, entonces me encargue de eso. Empecé con movimientos cortos y ella con gemidos suaves. En cada vaivén aceleraba cómo podía y cómo debía, y empecé a entrar y salir casi por completo. Gritó en medio de los aplausos y estoy seguro que eso apagó el sonido del jebe pinchado. Seguí al mismo ritmo, sentí como su ano se moldeaba a mí verga y su mano nuevamente tocó mi vientre, como queriendo zafarse de mis embestidas, pero no era así. Ella no me zafaba me arañaba, liberaba su excitación entre sollozos. Y sentí el verdadero sexo anal sin jebe, al estar roto, mi cabeza y gran parte del cuello sentían lo del principio pero mil veces más intenso: más caliente, más ajuste, más placer. Si el ano de ella temblaba, mi pene empezaba la arcadas secas, busque y me sujete de sus tetas en la última embestida. Grito yo también grite un; perra de mierda! Mi vida se iba en su ano, en su apretado ano. Temblando aún de placer la sostuve fuertemente hacia mi, eran sus nalgas contra mi dejándole hasta la ultima gota de semen en la contracción anal final. “hasta la última gota de semen” aclame, cuando cerraba mis ojos sintiendo que me desmayaba. Cuando los abrí, encontré sus ojos abiertos como platos, “Porque siento?” preguntó. Leche adentro? Le respondí. En ves de molestarse, puso los ojos en blanco. “Lo sientes palpitando amor”. “Siento que me llenas el culo, papi” grito arrecha. Había terminado de venirme.

No pude sacarlo al primer intento, pasado unos segundos resbaló junto con un poco de semen que se prendía como hilo y un largo tramo de condón de su ano. Me concentre en la labor de lavarme el pájaro, vi de reojo que no había oro, suspiré aliviado pero aún así le di una lavada exhaustiva. Lucia alzó un pie para salir de la ducha y vi un gesto de dolor. Se rió, me reí. “Chamo atrevido se te va a caer el pene por pendejo” bromeo. No tengo la culpa de que revientes el condón. Le observé el hueco seguía ancho, se notaba el trabajo. Nos quedamos conversando. Lucia estaba divertida, le pedí mientras conversábamos que me masturbara para ir apurando el segundo. Mi amigo estaba en un sueño profundo. Eso gasto más chistes, que apague con besos. Fue en inevitable que llegáramos conversar sobre su marido. Le llamaba todo los días a las 10 u 11. Ahí fue donde me entere que aveces llegaba a llamar por la madrugada. El se había acostumbrado a su trabajo y a la zona. “Y a las putas”, agregué. La hice pensar. Y le dije que le devolviera la gracia conmigo todo los días. “No puedo todo los días”. “Eso es lo malo, y lo bueno es que ya se me armó”. Estaba al palo teníamos poco más de diez minutos para uno más. No rechine cuando me puso condón, y con el Condorito empezó a succionarme por largo rato. Su lengua era traviesa y le obligue a atorarse, me gustaba el sonido de sus arcadas. Se libro, y se sentó encima en cowboy. Empecé a acariciarle los senos. Apretaba su pezones y volaba chorros de leche que me caían en la cara. Se la metió y empezó a moverse con gestos de dolor: al parecer el dolor del culo en los movimientos. Me coloque mas al filo y se voltio para mostrarme todo el culo y empezó a dar sentones a diferentes revoluciones. Veía como mi pene abrigado como en invierno, entraba y salía del enorme pan francés que era su culo. Paro en seco, diciendo que le dolía. La eche encima de mi y abrazados abriendo las piernas para la penetración la agarre de la cadera y la hacia ir y venir, sentí rico ajuste. Tenía sus tetas apretando mi pecho hasta que se fueron resbalando hacia los costados. Le pedí que me alcanzará una ubre, levanto mi preferida y la puso casi a mi alcance. Tuve que levantar el cuello y jalar de su pezón. Succione y ella succionaba con su vagina. El pezón se endureció y empezó a gemir. Ya me estaba corriendo, se me resbaló el pezón y me enfoque a guiar las arremetidas. En rico ajuste, exploté.

Salimos juntos, ella a lo suyo y yo a lo mío. Estaba como pisando nubes pero quería caminar. Tuvimos que separarnos. Fue inevitable no verla , percibí un ligero rengueo de su pierna. Me lo imaginé por y para mi ego?

Muchos encuentros sexuales sucedieron en los meses, pero estos primeros 6 caches son memorables para mi. Nuestra relación duro aproximadamente 7 meses. 5 meses de ellas muy intensas sexualmente aún con todo y sus contratiempos; cómo los horarios de mi trabajo y el suyo, el echo de tener sus hijos, y demás. Eso me orillo a pedirle alguna vez que la quería para mí todo un día, se lo pedí sin expectativas sin pensar que ella lo intentaría. Sin pensar que ya estaba por acabar nuestra aventura.

 

 

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En 20/2/2023 a las 17:05, Devorachuchas dijo:

Continuando, reaccionó de inmediato, colocando su mano en mi vientre, pero mi cabeza ya había casi entrado. intento pararse pero con la otra mano sujetaba su cuello hacia abajo. Aún así logro que saliera mi cabeza. Lo intente una segunda vez, solté su cuello un instante para valerme de mis dedos y ampliar la entrada, entre un poco más pero con la mano me araño el vientre y se paró enseguida. Me quito el panorama del trasero y estaba colorada cuando volteo. “Mama****”, me reí. “No seas bestia”. “Es lo que quiero, acaso no me lo piensas dar”. “Te dije que era para mí marido, el se va a dar cuenta”. ‘Que solo por eso?” Me mire el pene. “Te limpiaste bien el culo?” Se rio suave primero y luego a carcajadas eso rompió el mal momento y empezó a lavarme el pene con shampoo, masajeo toda la cabeza, con ahínco en el frenillo. Cuando empezó a enjuagarlo le pedí que lo enjuagara con su boca. Dio un rotundo no. “Ya ves la conciencia, no te limpias bien el ojete”. Fue un momento divertido al que ella sentenció que no me la chuparía por ese día, según ella de castigo. Y de castigo no me dejó entrar pelado ese día. Tuve que sacar un poncho de la billetera. Quería evitar infecciones, apenas había para comer como para ir luego al gine por infecciones, mencionó. Me salió limpia la chama. Tiramos con poncho en la ducha, luego fuimos a la cama. No era lo mismo protegido pero el sexo siempre se agradece. Me vine en el jebe, y nos quedamos abrazados en la cama hasta que salió apurada para recoger a sus hijos.

Igualmente durante la noche y al día siguiente seguí con el tema. “Quiero el anís” se reía, mandaba stickers y me dejaba con la miel en los labios. Inclusive soñé que la tiraba por el ano y sacaba oro. De tanto insistir logré sacarle un “puede ser” le mandé un sticker alusivo y dijo “mañana trataré de llegar temprano al cuarto”. Saliendo del trabajo fui a comprar lubricante y regresé a la casa. Llegó temprano y empezamos a conversar. Hablaba de todo, cosas de sus hijos o de viejos con propuestas. Cuando empezó a tocar el tema de su marido, carraspeé interrumpiéndole y le ofrecí bañarnos. Sonrió y pregunto que ideas habían en mi cabeza. En ambas muchas, conteste rápido. Quise que fuera la misma escena, los dos en la ducha, yo detrás con el pene sobándole en la raya tentando su ano. Abrí la llave de la ducha y empezamos a mojarnos. Mientras nos empapaba el agua nos besamos en medio de la cascada hasta sentir que nos ahogábamos. Le susurre si ahora sí visitaba al amigo, asintió y se arrodilló. Ella en lo suyo, mientras yo le echaba shampoo a la cabeza y empezaba a restregarlo hacia atrás y soltaba mi pinga y la volvía hacia mi. Abrí la llave y trate de que toda la lavaza cayera sobre su espalda cómo una culebra de espuma y se perdiera en su raya y eventualmente en su ano. Con confianza, con trato de pareja su mameluco era preciso. Succionaba en tramos cortos y no escatimaba en qué le golpeara la garganta y las amígdalas. Tenía los dedos metidas en su concha dándose placer cuando visito las bolas, lamia con la lengua y chupaba con los labios , regreso al tronco y perdió la compostura cuando sintió y yo sentí que mi pene se inflamaba y ella empezó a dar arcadas. “Para, para”; pedí al darme cuenta que estaba a punto de explotar dentro de ella. Ella aun en cuclillas se estremecía se había venido con los dedos adentro. Ella aun seguía de rodillas y yo acostado en la pared viendo mi pene vibrar y sintiendo un cosquilleo, logré evitar eyacular. La puse de pie, la voltie, le invite a que se inclinara un poco, abrí la llave del agua, observé cómo el agua se escurría por su columna hasta perderse en el oscuro resquicio de placer que necesitaba, le abrí las nalgas y su orificio lucia más dilatado que la vez anterior. Metí un dedo mojado, despacio y cauteloso, tanteando su terreno inexplorado (al menos para mí 🤡), luego di círculos sobre el contorno anal y regresé adentro con dos dedos. Se fue dilatando lentamente cuando los dos dedos entraron y salieron, se volvió a estremecer mi Lucy. Malito en punto de partida le dio un beso en el agujero abierto. Una gotas de liquido pre seminal salieron y empecé a recorrer en la entrada en círculos casi resbalando. Lucy empezó a temblar y respirar fuerte. Métemelo! Grito. Pensé en el lubricante pero estaba ya en tiro cuando metí la cabeza y nuevamente sentí su mano en mi vientre. Ponte condón dijo. Tmr matapasion, pero yo tenía mi método. Ya me la olía que lo iba a pedir y lo tenía armadito encima del tanque del inodoro. El condón resbaló rápido, pude ver cómo tenía algo de aire 😁. Lo introduje lentamente abriéndome al placer de sentir como iba cediendo a la presión, como iba ganando terreno a las profundidades de su cuerpo tanto como de su voluntad. Se que le arrechaba sentirse poseída cuando me miraba. Cuando entro toda mi pinga y me detuve por unos segundos para sentir la calentura y la presión que como cuerdas lo iba apretando. Si eso sentía con condón como sería pelado, entonces me encargue de eso. Empecé con movimientos cortos y ella con gemidos suaves. En cada vaivén aceleraba cómo podía y cómo debía, y empecé a entrar y salir casi por completo. Gritó en medio de los aplausos y estoy seguro que eso apagó el sonido del jebe pinchado. Seguí al mismo ritmo, sentí como su ano se moldeaba a mí verga y su mano nuevamente tocó mi vientre, como queriendo zafarse de mis embestidas, pero no era así. Ella no me zafaba me arañaba, liberaba su excitación entre sollozos. Y sentí el verdadero sexo anal sin jebe, al estar roto, mi cabeza y gran parte del cuello sentían lo del principio pero mil veces más intenso: más caliente, más ajuste, más placer. Si el ano de ella temblaba, mi pene empezaba la arcadas secas, busque y me sujete de sus tetas en la última embestida. Grito yo también grite un; perra de mierda! Mi vida se iba en su ano, en su apretado ano. Temblando aún de placer la sostuve fuertemente hacia mi, eran sus nalgas contra mi dejándole hasta la ultima gota de semen en la contracción anal final. “hasta la última gota de semen” aclame, cuando cerraba mis ojos sintiendo que me desmayaba. Cuando los abrí, encontré sus ojos abiertos como platos, “Porque siento?” preguntó. Leche adentro? Le respondí. En ves de molestarse, puso los ojos en blanco. “Lo sientes palpitando amor”. “Siento que me llenas el culo, papi” grito arrecha. Había terminado de venirme.

No pude sacarlo al primer intento, pasado unos segundos resbaló junto con un poco de semen que se prendía como hilo y un largo tramo de condón de su ano. Me concentre en la labor de lavarme el pájaro, vi de reojo que no había oro, suspiré aliviado pero aún así le di una lavada exhaustiva. Lucia alzó un pie para salir de la ducha y vi un gesto de dolor. Se rió, me reí. “Chamo atrevido se te va a caer el pene por pendejo” bromeo. No tengo la culpa de que revientes el condón. Le observé el hueco seguía ancho, se notaba el trabajo. Nos quedamos conversando. Lucia estaba divertida, le pedí mientras conversábamos que me masturbara para ir apurando el segundo. Mi amigo estaba en un sueño profundo. Eso gasto más chistes, que apague con besos. Fue en inevitable que llegáramos conversar sobre su marido. Le llamaba todo los días a las 10 u 11. Ahí fue donde me entere que aveces llegaba a llamar por la madrugada. El se había acostumbrado a su trabajo y a la zona. “Y a las putas”, agregué. La hice pensar. Y le dije que le devolviera la gracia conmigo todo los días. “No puedo todo los días”. “Eso es lo malo, y lo bueno es que ya se me armó”. Estaba al palo teníamos poco más de diez minutos para uno más. No rechine cuando me puso condón, y con el Condorito empezó a succionarme por largo rato. Su lengua era traviesa y le obligue a atorarse, me gustaba el sonido de sus arcadas. Se libro, y se sentó encima en cowboy. Empecé a acariciarle los senos. Apretaba su pezones y volaba chorros de leche que me caían en la cara. Se la metió y empezó a moverse con gestos de dolor: al parecer el dolor del culo en los movimientos. Me coloque mas al filo y se voltio para mostrarme todo el culo y empezó a dar sentones a diferentes revoluciones. Veía como mi pene abrigado como en invierno, entraba y salía del enorme pan francés que era su culo. Paro en seco, diciendo que le dolía. La eche encima de mi y abrazados abriendo las piernas para la penetración la agarre de la cadera y la hacia ir y venir, sentí rico ajuste. Tenía sus tetas apretando mi pecho hasta que se fueron resbalando hacia los costados. Le pedí que me alcanzará una ubre, levanto mi preferida y la puso casi a mi alcance. Tuve que levantar el cuello y jalar de su pezón. Succione y ella succionaba con su vagina. El pezón se endureció y empezó a gemir. Ya me estaba corriendo, se me resbaló el pezón y me enfoque a guiar las arremetidas. En rico ajuste, exploté.

Salimos juntos, ella a lo suyo y yo a lo mío. Estaba como pisando nubes pero quería caminar. Tuvimos que separarnos. Fue inevitable no verla , percibí un ligero rengueo de su pierna. Me lo imaginé por y para mi ego?

Muchos encuentros sexuales sucedieron en los meses, pero estos primeros 6 caches son memorables para mi. Nuestra relación duro aproximadamente 7 meses. 5 meses de ellas muy intensas sexualmente aún con todo y sus contratiempos; cómo los horarios de mi trabajo y el suyo, el echo de tener sus hijos, y demás. Eso me orillo a pedirle alguna vez que la quería para mí todo un día, se lo pedí sin expectativas sin pensar que ella lo intentaría. Sin pensar que ya estaba por acabar nuestra aventura.

 

 

Wuaooo me lei las 4 parte, espero que no se acabe crj. Mormal si llegas hasta la parte 10, puedes extender estamos atentos a la lectura de tus experiencias.

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Hola amigo. Difícil 10 partes 😅 fue relación corta pero intensa

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