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¿Soy un mal Amigo? (Parte III) FINAL


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(Es necesario que leer primero la parte I y II, para tener un mejor contexto de la historia)

 

Ya han pasado 8 años desde nuestra promesa con el meñique, muchos cambios en las vidas de todos habían suscitado, Jimena ya no estaba con Walter, porque se enteró y no quiso soportar sus infidelidades. Walter ya no era mi mejor amigo, ya había una distancia entre nosotros, era padre soltero o algo así, vivía en otro lugar muy lejos, junto a la madre de su hijo. Tuvo un hijo con una bandida, se lo merecía creo. Yo, me encontraba solo, ya había terminado la universidad y me encontraba haciendo los trámites para el recojo de mi título, en la universidad. Mi vida amorosa me había capacitado en muchas cosas, y ahora me encontraba en el seguro camino de la soledad, por mi paz mental. Prefería no llegar a una relación seria y solo disfrutar de los beneficios de afianzar la amistad con una buena amiga, ustedes me entenderán.

 

Una tarde, había llegado temprano a la universidad, y haciendo hora me voy a la cafetería, de pronto, una silueta femenina a lo lejos se me hace familiar, ella venia caminando con un paso firme y girando la cabeza, elevando por el aire su larga cabellera, era como si lo viera en cámara lenta, sí, era ella, Jimena. Se notaba que un real cambio en ella, tanto en su forma de caminar, vestir, que elegancia, que estilizada figura. Me pongo en dirección hacia ella y al estar frente a frente, me reconoce, sonríe a lo que atina a decir: pero a quien tenemos aquí, ¿cómo estás?, yo, sorprendido por la soltura de sus palabras, solo parpadeo y digo: ¿vienes a invadir mis dominios?, ella solo atina sonreír, se acerca y me abraza fuertemente. Vaya, olía delicioso, su cabello aun mejor, estaba muy bien maquillada, las uñas perfectas, ropa de vestir, tacones altos, casi de mi tamaño, que elegancia, que hermosa estaba, su blusa contenía lo mejor con un escote del que me quede privado de mirar para no verme impacientado de deseo carnal de poseerla, por lo que me controle, correspondí su abrazo, sintiendo con el pecho su grandes y suaves senos, le di un beso en la mejilla.

 

Ahora estudio aquí, me dijo, mostrándome su horario, a lo que sorprendido de ver le respondí: -vaya, así que estudias lo mismo que estudié yo. Sorprendida me dice: -entonces me vas a ayudar con mis cursos. -Si puedo ayudarte, le dije, pero cuéntame como has estado, te ves distinta, muy cambiada y linda también, - ¿cómo así vienes a estudiar tan bien vestida?, ella dice: -vamos a sentarnos y te cuento. Nos sentamos esa tarde a conversar y me conto que había empezado a trabajar en un banco, que le estaba yendo muy bien y que antes estaba estudiando en un instituto, pero decidió dejarlo para estudiar en la universidad. Luego de un buen rato de intercambiar historias, se fue a clases, actualizamos nuestros teléfonos y quedamos en conversar más seguido.

 

Conversábamos con frecuencia, ya que a veces me pedía ayuda con algún libro que necesitaba para sus cursos, iba a buscarla a la salida de sus clases los días viernes, y como había sido alumno ahí, la esperaba a la salida de su salón. Al salir de la universidad nos quedábamos conversando un rato, caminábamos cerca de un parque a la vuelta de la universidad para luego la acompañaba al paradero donde me despedía de ella. Un viernes al salir fuimos a una especia de bar que había cerca donde vendían cerveza en jarra, así que nos sentamos a tomar, risas van y vienen, recordando algunos episodios de nuestras vidas, en eso, llegamos a un silencio y solo miradas, acercando nuestras cabezas y finalizar acercando los labios y darnos un gran beso.

“Como dice la canción, tu y yo tenemos algo pendiente, tú me debes algo y lo sabe…”

Me dijo: -no sé, ¿no quiero afectar nuestra amistad?, le dije: no creo, al contrario, vamos a afianzar más nuestra amistad.

 

Salimos de ahí, y tomamos un taxi y nos pusimos rumbo a mi telo favorito, esas épocas donde los telos te daban 12 horas, que buenas épocas, entramos estaba muy nervioso e impaciente, trataba de calmar mis ganas de arrancarle la ropa, respire hondo, la mire y recordé todo lo pasado, de cómo me contuve de poder liberar mis mas bajas pasiones con esos mangazos que tiene. Super nervioso de tenerla por fin, estábamos sobre la cama y nos comíamos la boca, comencé a bajar por su cuello, luego empecé a desabotonar su blusa, botón por botón sin dejar de besarla bajando por su cuello, y encontrarme por fin con mis niñas, como las había extrañado, pase mi mano por detrás y con un suave movimiento mágico de dedos, le desabroche el sostén para comenzar a ver liberadas ese par de mangazos que tenia en frente, redondos y suaves, sentía como esa aréola rosada como revelaba esos pezones a los que me prendí como niño hambriento, les juro que nunca había chupado unas tetas con tanto amor, con tanto cariño, les tenia un hambre, y parecía que a ella le encantaba que se las chupara, decía si, sigue así, lamelas, chúpalas, son tuyas, la verdad me quede ahí un muy buen rato.

 

Luego comencé a bajar a seguir destapando mi regalo, bajando por su ombligo, una cintura plana, que conectaban con unas caderas que descubrían un precioso tesoro. Jessica la tenia a medio rasurar, por lo que esa sombra oscura que mostraba su zona V, me ponía más caliente, la tenía abierta frente a mí, recontra mojada, comencé a meterla despacito, poco a poco, para ver la cara que ponía mientras entraba, la abrí de piernas, luego pies al hombro, creo que me entretuve apachurrando sus senos, frotando mis dedos por sus pezones, sentir como entraba y salía de ella, dándole, empujando hasta sentir que entraba toda y como tocaba fondo, se sentó sobre mi y me dejo ese par de hermosas tetas a disposición para poder lamerlas, chuparlas, como le encantaba que le lamiera los pezones, como le crecían, se hinchaban, los tenia paraditos, y con mi boca los chupaba mas y mas esperando que pudiera salir algo de ellos, y así me quede agarrando sus nalgas, abriéndola toda y frotando mi dedo por todo su culo, acariciándolo, dándole vueltas en círculos con la yema de los dedos, pulseando a ver si había pasado alguien mas por ahí, pero paso la prueba estaba intacto ese culito, parecía que no quería trabajar mucho así que yo tenia que darlo todo, moverme, bombeando y abrazándola fuerte, comiéndome su boca mientras la tenía abrazada contra mí, y así le estuve dando parejo hasta sentir ese temblor de piernas, una especie de respiración entrecortada para pasar a un largo suspiro. Ojalá, espero que haya sido cierto ese orgasmo, como lo sentí que apretó tanto, acompañado de un gemido largo y agudo, que casi me comprime el miembro. Pare un momento para ponerla de perrito, y así darle, hasta que comencé a sentir que ya debía terminar ese momento, e inmortalizarlo, le dije que me venía, me pidió que se lo tire en la espalda, por lo que comencé a darle con furia, concentrado en ese culito redondito, como marcaba su cinturita y su columna delineaba su quebrado cuerpo. Al finalizar le esparcí todo mi semen en la espalda, pero como le gustaba a ella retorcerse y comenzó a frotarse contra mí, me abrazo, me miro y me dijo con el meñique levantado -pinky promess. Cerrando y cumpliendo la promesa que hace tantos años tuvimos.

 

Conversamos de distintas cosas durante un buen tiempo, recostada ella sobre mí, y yo prendido de sus senos, sintiendo la suavidad de su piel, jugando con los pies. Hasta quedarnos dormidos abrazados. A la mañana siguiente, al despertar, estaba fierrazo, por lo que apenas la vi, la comencé a acariciar, hasta que se despertó, le comencé a besar la espalda, para luego ir tocando todo su cuerpo y sentí como estaba mojadita y dije, ahora si toca con toda la maldad, de cucharita le comencé a dar, y lentito al comienzo, hasta que empezó a gemir, y fui dándole mas rápido, cambiamos a perrito, y con la colita levantada, que bien recostada de brazos estaba y comencé a darle, con vista a ese culito, que mientras le bombeaba todo, lo observaba y parecía que también la conocía, le di una segunda observación, no había rastros, confirmado ese culito esta 0 kilometros, pero no quería perder la magia del momento, que rico era tenerla así en esa posición, dándole y escuchar sus berridos, gemir sin contenerse, puta mare quería despertar a todo el telo, no imagine que Jimena podría ser tan gritona, que rico es darse un mañanero comiéndose a la amiga incondicional.

 

Nos duchamos, ella tenía clases por la mañana así que salimos y al despedirnos nos miramos riendo, ambos sabíamos que lo que había pasado entre los dos, era algo de solo una noche, en ambos habitaba un sentimiento de uno por el otro que no iba a llegar a ser algo definitivo, sin dejar que ese sentimiento no sea algo real que pudiera desbordar en cualquier otro momento, yo haría lo que fuera por ella y ella haría lo que fuera por mí, pero no estábamos destinados a estar juntos. Ella lo tenia claro y yo también, pero aun no era el momento afrontarlo. Jesica y yo nos revolcamos en nuestra pasión unas cuantas veces más mientras ella terminaba la universidad. Se volvió asidua de esas páginas de amistades con extranjeros, a los cuales conocía cuando visitaban el país, lo que la llevo a ir de vieja dentro del país, algunas veces fuera, y así hasta conocer a su pareja actual con la que hoy vive fuera del país.

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Algún resumen de ese testamento, no pienso leerlo. :'V

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