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Amor filial


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Hace tiempo que visito este foro, sin embargo no me había animado a crearme una cuenta, hasta ahora. Ha pasado tanto tiempo desde aquella experiencia y justo hoy me llega un mail de ella para unos trámites, aunque creo que ya la he olvidado completamente, leí su mail como cinco veces imaginándome lo que ella pensaba mientras lo escribía, su habitación de paredes blancas y oyendo probablemente una canción de Por Dinero mientra recordaba su infancia y juventud en Perú.

Mi infancia pasó como cualquier chiquillo entre Lima mi ciudad y Arequipa la ciudad de mis padres, la primera vez que la vi, yo regresaba del colegio y ahí estaba ella con una señora mayor subiendo a un auto, nuestras miradas de cruzaron, no dije nada, sólo pregunté a mi mamá quienes eran y porque habían venido a visitarnos, mi madre se tornó esquiva como solía hacer cuando le incomodaba un tema. La segunda vez que la vi era en mi último año de colegio, mi madre había fallecido por una penosa enfermedad, mi mundo se caía a pedazos (los que han pasado una experiencia similar comprenderán). Llevaba un vestido negro estaba junto a su madre, la vi linda, era menor que yo, me sentí confundido así que sali al jardín de la iglesia a pensar quizá a fumarme uno de los primeros cigarrillos que ya empezaba a fumar. Recuerdo que se sentó a mi costado y me dijo que lo sentía mucho, que su abuelita también había fallecido unos meses antes, le pregunté por que llevaba un escarabajo en la cintura, me dijo que se lo dió su padre antes de viajar, apenas se recordaba de él, apenas la vío cuando era muy niña. Un mosquito se paró en su nariz y estornudo de una forma tierna, dulce e infantil, me reí, por un momento había olvidado el momento que estaba pasando, fue ella la que me abrazo cuando no quise estar cerca de nadie cuando enterraban a mi madre, aquella pequeña me dijo: "tu mamá está viéndote donde quiera que esté y no creo que quiera verte llorar" esas palabras tan infantiles me dieron un apoyo.

Había terminado el colegio y estaba a punto de ingresar a la universidad, cuando una noche mi padre me llama a su habitación y me dice que teníamos que conversar, tan huevón tampoco era sabía que mi padre había estado saliendo con una mujer, y quizá quería formalizar o alguna locura se le iba a ocurrir. Como dije antes, ya no era tan huevón, había probado el gusto de estar con una mujer, claro era mi prima y  después una empleada que había contratado mi padre cuando mi madre enfermó. Sabía que mi padre necesitaba un culo para que le caliente la cama sobretodo en esas noche de inviernos barranquinos. Mi sorpresa sería enorme cuando me dijo quien era mi nueva "mamá" y ya ustedes imaginarán quien iba a ser mi nueva "hermana". Tuve muchas teorías en la cabeza, sin embargo no quise entrar en detalles con mi padre, no me interesaba saber como y donde se conocieron, en mi cabeza estaba aquella salida del cementerio junto a aquella niña de vestido negro y un escarabajo en la cintura que me besaría tan tiernamente mientras secaba mis lágrimas con las mangas de su vestido, ella a quien por un temor infundado no quise preguntar a mi padre ni a nadie el grado de amistad que las unía con mi familia, me sentía culpable el haberme corrido tres pajazos mientras pensaba en ella y terminaba llorando recordando a mi madre.

Desde que se instalaron ella tomo la habitación al final del pasillo que antes fue taller de costura, de manualidades, de impresión y cuanta locura se le había ocurrido a mi madre. Me saludo con un beso frío en la mejilla, obligada por su mamá, casi ni hablamos durante la cena. Sólo cuando ya todos estaban durmiendo entró my despacito a mi cuarto con su pijama de animales y se sento al pie de mi cama, con la luz del poste de la calle pude distinguir su figura delgada, sus senos pequeños y su cabello suelto color azabache, me preguntó si sabía antes algo de nuestros padres, le contesté que recién  hace una semana supe la noticia, me preguntó que le parecía la idea que íriamos a ser "hermanos", sólo atiné a contestarla : "dime a ti que te parece", su sonrisa regreso, mis ojos se habían adaptado a la oscuridad y vi otra vez a aquella niöa hermosa ya con quince años que me había hecho reir en mi momento de dolor, que me acobijó en sus delgados brazos cuando apenas nos conocíamos. Los días sucesivos fueron similares delante de mi padre y mi nueva madre era tan fría como un tempano de hielo, cuando llegaba la madrugada saltaba a mi cama y las charlas se extendían hasta la madrugada, algunas veces nos besamos y planeamos vivir juntos cuando yo termine la universidad, ella estaba acabando el colegio y yo apenas comenzaba la universidad. Su madre, en un principio no la dejaba sola un instante, mi padre mi hablaba una y mil veces de respetarla, "ella es como tu hermana menor,  respétala carajo", me decía. Poco a poco nos fueron dando más libertad pero siempre estuvimos distanciados mientras la familia estaba reunida, en las noches o los domingos cuando ella no podía ir a la iglesia nos quedabamos en casa como una pareja de casados, hasta ese entonces no habíamos hecho más que besarnos de vez en cuando.

La llegada de un tío mio que vivía en estados unidos fue una novedad en aquel verano, se hizo una festa en casa de otro de mis tíos, yo me excuse de ir, estaba llevando un curso de verano y no quería volver a jalarlo, cuando llegué en la noche a casa, encontré un sobre con 50 soles en la mesa de la cocina, mi padre me dejo una nota que no regresarßian hasta el domingo, que por favor cuide a mi "hermana" porque no se había sentido bien y no quizo ir a la fiesta de la familia. Toque su puerta y escuche su vocecita "pasa nomás, está abierto", le pregunté como se sentía, me dijo que no quería ir a la fiesta a causa de mis primos, "los pajeros de tus primos quieren a cada rato toquetearme con el cuento que soy su primita", nos los podía culpar había desarrollado más cuerpo, empezó a ir casi todos los días a la piscina desde que empezo la universidad, sus piernas empezaban a hacerse más notorias al igual que sus pechos y usaba maquillaje que le daba un aire un poco a chica "dark", mis primos por otros lado eran una tira de pajeros y penderejetes, y los había descubierto más de una vez mirándole el culo sin  inmutarse. Me senté a sus pies y empecé a contarle mi día, cuando me dijo "hazme un masaje de pies", no sabía como hacerlo, sin embargo esos pies blancos y delgados y sus uñas pintadas me motivaron a hacerlo, se echo completamente en la cama y sentí pequeños gemidos, sus manos se tocaban levemente sus pechos encima de la ropa, yo también empecé a exitarme empecé a besarle los pies, mis manos empezaban a recorren casi con miedo sus pantorrillas para llegar levemente a su cintura, me recostaba lentamente encima de ella, mientras que con mis manos continuaba tocando su cuerpo por encima de la ropa, ella tocaba mis manos y lentamente comenzó a rodear mi cuello con sus brazos hasta que nos besamos. Me besó como nunca me había besado hasta aquel día, acariciaba mi rostro y jugaba con mis cabellos mientras lo hacíamis manos estaban ya sobre sus pechos y fue ella quien me comenzo a sacar el polo mientras yo me iba familiarizando con su cuerpo y pasaba mis manos debajo de la pijama, noté que no llevaba brasier y sentí sus pequeños pezones que se endurecían, mientras recorría su ombligo con mi lengua y la pijama caía a los pies de la cama junto a mi short y el resto de nuestra ropa, bajaba lentamente mis besos mientras empezaba a sentir lentamente el olor de su sexo, era muy diferente al de la empleada y de mi prima su olor me cautivaba, y no quería despegarme nunca más de aquella zona, sus labios eran pequeños y cerrados y justo a un costado de su sexo depilado veía un pequeño lunar que se movía al ritmo de su vagina, no pude controlarme más, besaba su vagina con pequeños besos, con grandes besos, lamía y volvía a besarlos, sentía sus jadeos cada vez más rápidos y ese sabor y olor que eran un manjar, ella atraía mi cabeza a sus pechos y también los vi, las pequeñás pecas que había observado un día mientras se cambiaba con la puerta abierta. Besaba sus pezones, ella era presa de todo el deseo, nuestros cuerpo eran uno sólo; mientras volvía a besarle los labios sentí nuevamente algo caliente y húmedo en la punta de mi pene, estaba ingresando en ella, primero con un poco de esfuerzo, sentía sus palabras "despacio, despacio" los movimientos eran automáticos, como si bailáramos la misma melodía, cada vez ingresaba un poco más hasta que de pronto abrió sus ojos grandes, inmensos y su boca abierta quería emitir algún sonido pero solo escuché un ínfimo jadeo. Estuve dentro de ella un tiempo mientras su cuerpo se acostumbraba al mio, luego comencé con el movimiento, mientras su voz, su dulce voz regresaba a ella, y me decía que me amaba, y yo la besaba e introducía y sacaba mi pene dentro de ella, le besaba el cuello y los pechos, y por esas cosas maravillosas del destino, sentí algo dentro de mi y sabía que era la hora, su voz nuevamente se perdía en el silencio de la habitación mientras toda mi energía acumulada salía como un chorro dentro de ella.

Mi vida era perfecta, después de aquella primera vez nos escapamos un día de clase e hicimos el amor en una de aquellos hoteles campestres de Chosica, mi plan a futuro estaba saliendo a la perfección, tenía a la mujer más linda del mundo, la universidad cada vez parecía más sencilla, había estado incursionando en pequeños negocios que me traían algo de rentabilidad, todo era lo mejor, hasta que llegó aquel jueves, si aquel maldito jueves de mayo,  llegué a casa de la universidad y encontré a mi padre y su madre en la sala y a ella echa un mar de lágrimas, no sabía que pasaba, no entendía la situación, ella ni me miraba, quería abrazarla, llevarla de ahí, me quisé acercar y pregunté presuroso que pasaba, que carajos pasaba, ella me dirigió una mirada de odio como jamás la había visto y me gritó "somos hermanos", no le tomé importancia, mi padre siempre se dirigía a ella como "tu hermana" al igual que su madre, sólo atiné a decir "no entiendo, a que te refieres" y mientras ella cogía el cojín del mueble y se ponía de pie me gritaba "nunca entiendes nada imbécil de mierda. Eso es lo que eres un maldito imbécil al igual que todos en tu puta familia". Mientras ella corría a su habitación y su madre detrás de ella mi padre me explicaba aquello que nadie supo o nadie quizo explicar como es debido, aquella niña aquella mujer, mi mujer, era hija de mi padre, mi hermana. El dolor que sentí en aquel momento fue tanto o peor como el dolor de haber perdido a mi madré, sentía rabia, confusión, engaño, el peor secreto que toda mi familia que alguna vez me dijeron amar, mi madre sabía de ellos, mi padre, su madre, todos sabían menos nosotros dos, qué tipo de personas puden ocultar algo así?. Mi madre a quien tanto amé, también sabía de ello? El dolor fue inmenso, sólo quería desaparecer.

Ahora si me retiro, con su consideración, quizá después les comente algo más acerca de uno de los episodios mas triste de mi vida y porque terminé en un foro como este.

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A veces sucede, fuerza y más adelante no será más que un recuerdo. ;)

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Continuando con el relato, trataré de recordar cada vez más al detalle cada una de las situaciones hasta aquel entonces acontecía, el hecho que esté contadno esto es en parte hacer una catarsis de todos estos años, en los cuales jamás pude ni debí contar nada a nadie.

No fui a dormir dos noches a casa, al tercer día sólo llegué a recoger mis cosas, mi decisión estaba tomada, no volvería más a aquella casa que alguna vez llamé hogar. Mi padre me encerró en su cuarto y me explicaba como habían sucedido los hechos, el porque del secreto, no me interesaba, simplemente mi cabeza no estaba en aquel lugar, tampoco no me interesaba ninguna explicación, mi padre me pregunto varias veces "la has tocado a tu hermana?" lo negue una y mil veces, le mentía que ni siquiera la había visto como una mujer desde que llegó simplemente como lo que era "una simplona que trajiste a vivir junto a su madre por que eres un pinga loca", "no me mientas me decía" como si mis insultos ni le inmutaran, "aquí el único cachero y pinga loca eres tú, el resto tenemos un poco de criterio", mis mentiras eran cada vez más crueles, pero sólo lo hacía para resguardar el recuerdo de ella, mi niña hermosa, no quería que le pase nada. Llegamos a un acuerdo con mi padre, él continuaría pagando la pensión de la universidad, pero nada más, el resto iba a continuar por parte mía, quería vivir sólo y sabía que iba a ser difícil poder pagar mis gastos solo, pero no imposible.

Cuando vinieron unos amigos a ayudarme a recoger mis cosas, pude verla en la ventana de mi antigua habitación, había estado ahí mirando como subía al auto de mi amigo, su mirada no era de odio ni de amargura, era de tristeza de aquella tristeza que yo ya conocía bastante bien, de desolación, también la miré, pero no nos dijimos nada. El tiempo continuó pasando, empecé a frecuentar cuanto prostibulo estuviera a mi disposición económica, el troca, las conejas, el olvido, empecé a frecuentar "kines" caletas que no cobraran mucho,me conocía a todas las chicas del mercado, de las fotocopias, asistía a cunta pollada me invitaran en cualquier cono de Lima, apenas si comía una comida al día para ahorrar e irme a cachar con la primera que me aceptara. Las notas en la universidad obviamente empezaron a caer de una forma casi brutal, la relación con mi padre era apenas un par de llamadas al mes de mi niña hermosa casi no sabia nada, hasta que un encuentro casual con un primo mio, que andaba medio obsesivo con ella, me dijo que lo había visto con un tipo cojido de la mano, no me molesté sólo sentí algo de pena, tenía dereho a hacer con su vida lo mejor que ella consideraba. Iba a perder aquel semestre, antes que suceda lo peor me fui corriendo al psicólogo de la universidad y le conté que había empezado a vivir solo por problemas familiares, me recomendó me retirara del ciclo, sino iría a repetir casi todos los cursos y corría el riesgo me boten de la universidad. Así lo hice, sólo me dedique a trabajar en lo que quedaba del ciclo. Un día saliendo de visitar a un cliente, la veo pasar al otro lado de la calle, por instinto, la empecé a seguir para solo comprobar que efectivamente había alguien más en su vida, yo ya no era dueño de sus besos, ni sus caricias, una lágrimas caían de mi rostro, quise correr hacia ella y decirle que aún la amaba, que nos fueramos de ahí, sin embargo ya era tarde, todo estaba consumado, al menos eso pensaba yo.

Cuando llegó la carta de la universidad mi padre me mandó a llamar, me contó una noticia que no me alegró ni me disgustó, un nuevo miembro llegaba a la familia, la madre de ella, estaba esperando un hijo, un nuevo hermano, a sus más de cuarenta años nuevamente embabrazada, solo atine a felicitarlo sarcásticasmente y claro, debido a las nuevas movidas y que mi "hermana" también estaba generando cada vez más gasto por las cosas que le pedían en la universidad, y yo con mi obstinación de no regresar a casa, mi iba a medio pagar un semestre más, porque simplemente no estaba aprovechando lo que él hacia por mi, si quería revertir la situación me invitaba cordialmente a regresar a casa, "ni de vainas" pensé. Ya había visto la forma de como ganar algo más de dinero y había dejado de ser asiduo parroquiano de cuanto chongo se me cruce en el camio. Saliendo de mi casa, me topé nuevamente con ella, su mirada era fría, pero sin rencor, mis sentimientos regresaban de apocos, quería traerla hacia mi y abrazarla, pero me contuve. Le dije si podíamos conversar, ella me dijo secamente "no tengo nada que conversar contigo", le dije que yo tampoco, pero quería saber como íbamos a tomar la llegada del nuevo hermano, quizá su madre iba a necesitar ayuda, si ella podía conseguir un pequeño trabajo porque nuestros padres andaban medio ahogados con los gastos, acepto y salimos a un pequeño cafe que había cerca a casa. Hablamos cosas de nuestros padres, obligaciones, temas casi sin sentido, me empezó a reprochar mis malas calificaciones en la universidad, creo que por joder le dije algo como "las chicas malas no me dan tregua ni tiempo para estudiar", su mirada cambio, vi nuevamente la ira en sus ojos, "haz lo que quieras con tu vida" me dijo, "es lo que por fin estoy haciendo ahora" respondí casi sin inmutarme, acercó su delgada y fina mano y me clavo las uñas en una de sus manos, mientras me sujetaba la mano con sus uñas en sus ojos sólo había odio "si yo me entero..." me dijo, "si te enteras que va a pasar, acaso no te estás revolcandote con el primer huevón que se te cruzó en la universidad?", "no te lo permito" me dijo,y salió raudamente, salí detrás de ella y la cogí de la mano y la jalé hacia mi, -"sueltame, mierda"- me dijo, -"dime que no sientes nada, huevona"- le dije,- "callate mierda, acaso no entiendes la situación huevón o te lo tengo que explicar de nuevo?"- "dime que no sientes nada z se acabó no hagas tanto teatro, dimelo y me quito y desaparezco como la última vez te dejo tranquilo a ti, a tus papitos y al rosquete de tu enamorado". Su respuesta no me la esperé, sus palabras salieron con una mezcla de desprecio, odio y amor incotrolable:

-"qué quieras que te diga huevón? que pienso en ti todas las putas noches desde que te fuiste dejándome sola, porque eres un rosquete que no supo afrontar la situación, quieres que te diga que mientras estoy con mi enamorado imagino que eres tu y entonces sonrio como una huevona, quieres que te diga que ya me cansé de llorar por ti y tratar de olvidarte, para que vengas hecho un pendejito a hacerme sentir que soy una mierda, que siempre lo seré por esto que siento?, eso quieres que te diga?" 

Sus ojos se llenaron de lágrimas la jalé nuevamente con más fuerza y la abracé la abracé y no quería que ese abrazo terminara, la besé y me correspondió nos besamos no nos importaba nada. Apenas llegué a mi cuarto sonó mi celular, era ella, "no quiero estar en Lima, vamonos a donde sea, le he dicho a mi mamá que voy a pasar el fin de semana haciendo maquetas en casa de mi amiga". Salimos rumbo a Chosica como dos enamorados, el sábado la pasamos paseando, hicimos en amor en todos los rincones permitidos, lo hicimos una y otra vez, mis manos conocían cada pliegue de su cuerpo. Amanecimos en domingo ahí, hicimos el amor mientras estaba dentro de ella, me decía que eso estaba mal, que nos íbamos a ir al infierno, que no era correcto, mientras ambos llorabamos continuábamos entregándonos al sexo sin desenfreno, nuestro cuerpos se mezclaban con sudor, lágrimas y demás fluidos, finalmente terminé dentro de ella. Nos vestimos y bajamos lentamente las escaleras cogidos de la mano, mientras caminábamos hacia la plaza de chosica, nuestras manos se iban separando poco a poco, no deciamos nada, a lo lejos vimos el colectivo que nos llevaría a Lima, "yo me quedo le dije, tengo que arreglar un par de cosas", no me respondió, "sólo hay un asiento choche" me dijo que chofer del colectivo, "ella sola viaja, causa" le dije, no volvió su mirada hacia mi, subió lentamente sin voltear ni decir adios, pude sentir el dolor, mientras se alejaba el auto,  me perdí en los matorrales y encendí un cigarrillo de marihuana que una amiga me había obsequiado.

Existe una línea bien delgada, entre lo normal y lo abominable, cuando se cruza hacia el otro lado, se pierde algo importante e íntimo en nuestro ser que no se como definirlo. Me alejé cada vez más de mi familia, apenás si visitaba la antigua casa familiar, nunca más hablé del tema ni con ella ni con nadie. Después de lo de Chosica, hice una pausa en mi estudio, en mi trabajo, en mi vida, emprendí un viaje mochila en mano y unos cuantos dólares, viaje por todo sudamérica, dormía donde caía la noche, a veces acompañado, la mayoría de veces solo, lloré mi infortunio en la cama de mi amante de turno, jamás olvidé cada una de sus palabras desde que la conocí, hasta el día de hoy a veces la sueño que recorro cada rincón de su cuerpo, luego me levanto y no se en que lugar estoy. Cuando acabé la universidad, sabía que mi destino no iba a estar junto a la casa familiar, ni en la misma ciudad, emprendí entonces un viaje hacia el viejo continente que duraría hasta ahora, al mismo tiempo que mi familia se mudaba a gringolandia a seguir un tratamiento a mi nuevo hermano, ella se casó y vive por allá, yo por este lado del mundo, sólo recuerdo con nostalgía mi país y cada vez que pienso regresar a visitar, pospongo el viaje por algo que yo mismo me invento. Después de lo de ella tuve algunas aventuras más con otros miembros no tan cercanos de la familia, quizá para buscar un poco aquel amor que me era prohibido.

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Esto parece tan real buen relato hermano lacteo , como  tu dices hay una delgada linea entre lo normal y abominable créeme a veces en el desarrollo como ser humano uno la caga y la caga bien que se siente basura por dentro , ni modo la vida sigue y uno tiene que lidiar con eso saludos !!

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En 8/5/2017 a las 13:25, Chistris dijo:

que buen relato hermano , casi me la creo :cry::big_smile: , salu2!!

jajajajajajajajaja

buen relato...bien triste tu vida man, se parece un tanto a la mía.

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Muy buen relato hermano lácteo, disfrute tu experiencia. Alguna vez me dijeron la vida esta para cagarla mientras uno es joven, viaja, come, cacha todo lo que quieras, disfruta la vida, ya que en cualquier momento uno se puede ir a al otro lado. Aunque lo tuyo es algo bastante fuera de lo normal y convencional, pues ya está hermano, ya lo disfrutaste, aunque el dolor durará mucho tiempo o quizás sea eterno, sigue disfrutando, sigue cachando como pinga loca y se feliz.

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mmmmm :beauty: si hay algo mejor que las primas, serian las hermanas :V :waaaht: jajajajaja

por otro lado, creo que tu amiga te invito una de la mala en el ultimo parrafo, mano. te vi muy inspirado, pero inspirado mal xd. ni con el tronchaso tamaño mandingo :V recuerdo haber escrito asi jajajajaja

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