Mi momento ha llegado PARTE 1

[pinalito]

Cita

Incitando a la lectura y zucumbiendo a mis bajas pasiones literarias. Empezare con algunos relatos de mi autoria, con el fin de demostrar que no todo es jalada de tripa,putear o trampear en la vida de un "Hermano de leche".

- No me vayas a besar, no me gustas. - Me decia Nicol mientras sostenia su vaso de ron con coca cola en la cama de un hotel a la espalda de la avenida Tacna.
La mire directamente a los labios rojos que tanto deseaba acariciar con mis labios resecos, quiza por falta de osculos. Mi mano derecha retira el vaso de Ron con coca cola hacia el velador e intento besarla nuevamente, esta vez ya no hubo palabras, ni manos que impidan mi cometido. Por fin pude besarla despues de cinco veces intentandolo en cinco hoteles distintos con cinco tragos diferentes durante cinco meses. Sali de esa barrera que algunos estupidos la denominan "Friendzone". Carajo! soy el hombre mas feliz de este mundo! pero tambien soy el mas arrecho, asi que a trabajar las manos, quiza no se presente otra oportunidad y esta no la quiero desaprovechar.

Mi mano izquierda toco su seno derecho que estaba libre porque antes de mis intentos de besarla la habia dado masajes y con temor en mis manos en ese rato desabroche su brazier.
Veo que ella ya no pone impedimento, quizas sea por mis besos o por el ron, sea lo que sea despego mis labios a los de ella y voy a ese seno derecho que tanto queria chupar. Bordeo su aereola con mi lengua, la senti tan caliente y tan paradita evidenciando su exitacion me dijo : "Con la puntita de tu dedo tocame el otro el pezon, rapido" . Como buen esclavo y arrastrado por ella hice caso a su orden. Me encontraba chupando y acariciandole las tetas a la mujer que me consideraba su mejor amigo, su hermano, su consejero por cinco años consecutivos. Pero no me conformaba con eso, queria mas.

Le quito la blusa y el brazier, la tiro a la cama y continuo pasandole la lengua en su pezoncito marroncito del seno izquierdo, mi dedo indice de la mano izquierda acariciendole rapido la puntita del pezon del lado derecho. Ella plañia y jalaba mis cabellos con una pasion que nunca antes la habia experimentado motivandome aun mas, mi mano libre intentaba bajar su pantalon para poder pulsear esa conchita que siempre eh querido tocar, lamer, penetrar, sopear, comer, acariciar y tantos verbos que uno se puede imaginar. Ella ayudo a sacarse el pantalon y el calzoncito dejando ver la rajita de su poto rico como un paneton en el mes de Abril al voltearla veo esos vellos pubicos decorando esa papita lubricada. Abri sus piernas y empeze a sopear esa conchita, lamiendo labio por labio mientras ella seguia jalandome los cabellos desmostrando su placer, gimiendo con los ojos cerrados y arañandome la nuca manifestando su pasion salvaje. Mi lengua se acercaba al clitoris poco a poco, ella lo pedia, mi lengua lo pedia, era el momento de bordear su punto G  y meter dos dedos a su conducto vaginal y poder hacerla gritar de placer, hacerla pronunciar mi nombre con pasion, hacerla sentir que su mejor amigo la puede ser feliz y complacer en todo. 
Lengueteaba aquel clitoris erecto mientras mis dedos empapados salian de su vagina ansiosa de pinga, para acariciar y amasar ese poto tube que voltearla, no sabia que hacer con semejante culo lo besaba, mordia, nalgueaba, amasaba, aplastaba mientras recorde que aun seguia con ropa.

Mi momento ha llegado, ya no soy el hermanito de cariño, ya no soy su mejor amiguito, ya no! Yo soy aquel que ahora me pide pinga para terminar el acto.  Planeo con ella que posicion empezar mientras me desvisto.
- Me pongo al filo y me la metes bien rico
- No, quiero sentir ese culo revotando en mi pelvis, perrita.
- No, eso al ultimo asi terminas adentro mio papi.

Al desvestirme me acuerdo de las veces que me pajeaba pensando en este momento, no hay duda, mi momento ha llegado....

continuara....

[Pompinchu]

No se que chucha se alucinan estos imbéciles pajeros que no quieren terminar su puta narración. Veo que tú historia es cierta, porque de "calentador" se te nota hasta es tu triste historia.

[Moises Gallegos Urbina]

Qué fue con el relato