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Recuerdos de mi ex de instituto


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Carla era mi ex enamorada cuando estudiaba en el instituto, pasamos un montón de cosas juntos, por temas de trabajo tuvimos que cortarla después de un año de relación.

Carla era una chica inocente cuando la conocí, pero cuando intimabamos era una verdadera puta, a pesar de ser conservadora y no tener un cuerpo exuberante, era delgada, senos pequeños, buenas caderas y un culito muy rico que me volvia tarado.

Una tarde paseando por unas galerías de ropa, le digo amor te acuerdas de mi fantasía, que quiero que estés con un hilo sexy para disfrutarlo más rico la próxima vez, me dijo si amor, si recuerdo, entonces saque dinero de mi billetera y le dije te espero acá, ve a comprarte algo bonito amor. Al rato volvió con una bolsa y por falta de tiempo tuvimos que irnos a nuestras casas. 

A los pocos días la cité para salir y la lleve a un hotel, entonces ya en la habitación, la manose toda a Carla, le saque la blusa y el brasier me prendia de esos senos ricos, hasta que gritara de tantos mordiscos, se subió en mi encima y le toque el culo aún con su jean puesto, y le dije trajiste mi premio? Y me dijo no y metí mis manos debajo, que rico había comprado una tanga de encaje , un hilo que le quedaba riquísimo, ella solo atino a decirme: tu si que no te aguantas no?, La Heche ya sin pantalón y le empecé a chupar la concha, puse la tanga de costado y la hice mía, llegó un momento en qué no se aguantaba y chorreaba sus jugos, me cogía de la cabeza y me la empujaba más hacia ella, se retorcía tanto, que la puse en cuatro puse de lado el hilo y puse mi pene erecto en la entrada de su concha mojada y le hacía masajes sin meterla, y le preguntaba: la quieres mi amor? Y ella solo volteaba con una cara de arrecha y me decía metemela toda mi vida, la quiero toda, la penetre hasta el fondo, le daba d enalgadas en ese rico culo, hasta que ella se vino y se arrecosto en la cama, entonces la agarro por las caderas y la levanto y le digo todavía no termino! Y la volví a penetrar, ya no sabía a dónde ir. Desatendida la cama, se retorcía, hasta que nos quedamos dormidos.

Desde esa vez casa vez que nos veíamos y manoseaaba su culito, sentía que traía un hilo, sabía que estaba con ganas de cachar a pesar de decirme que no y hacerce la difícil, al final siempre llegábamos al hotel y me sacaba la pinga, se ponía a chuparla y sola se ponía en cuatro a recibir su buena cachada.

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