La chica de los tatuajes

[Paciencia]

Está historia me pasó hace unos años. Por temas laborales me mudé al sur de Lima y alquile un departamento para estar cerca al trabajo. Ya instalado empecé a frecuentar un lugar donde siempre cenaba y conocí a una flaquita de aprox 20 años. Y con el paso del tiempo se volvió mi pata. En realidad solo la veía así como una amiga pero un día le conté que me hacía difícil limpiar el depa y prefería descansar los fines de semana. Ahí ella me propone hacer la limpieza cada semana y así paso. Hasta que un día de semana me junte con unos amigos y amigas de la nada he hicimos una reu y dejé el depa sucio. Al día siguiente ya resaqueado no fui a trabajar y llame a la flaquita a qué me ayude a limpiar y que era urgente porque tendría visita de mi familia el fin de semana.  Me dijo saliendo de clases bajo y llegó vestida con un shorts pequeño y un top dónde dejaba ver su cuerpo y lucia varios tatuajes en parte de su escote y piernas. Sintiendo una atracción sexual que nunca había sentido y en mi mente decía: "hoy tiene que ser". Después de casi 2 horas limpiando ella se acerca a la kitchenette y me ve tomando un trago y me dice: "solo tomas",  bueno le dije: Descansa un rato y toma conmigo y así comenzó todo. Ella se embriaga un poco  y pide ir al baño, al pasar por mi lado se tropieza  y cae encima mío, sintiendo  todo su trasero y ni corto ni perezoso la abrazo y le robó un chape siendo correspondido. En eso ella siente mi erección y como quien jugando mueve su trasero, era como tener sexo con ropa. En eso yo aprovecho y empieza a descubrir esos senos formaditos y descubro cada línea de ese místerioso tatuaje. Ya estando en plena acción le pido me deje bajarle su calzoncito lentamente y me deje apreciar su cuerpo como si fuera lienzo que empezaba a descubrirse ante mis ojos. Tal fue el nivel de exitación que al voltear ella solita se arrodilló y empezó a mamarla y ya con la erección a mil ella se acomoda y empieza a cabalgarme en todas las posiciones haciendo explotar todo mi ser dentro de ella. Sin darnos cuenta era muy noche y la tuve que dejar en su casa. Ya al día siguiente le escribo y me dice que nunca debió pasar y se alejo así de simple. Semanas después me enteré que tenía flaco y que no la estaba pasando bien. Quizás las cosas pasan por algo y fue una experiencia que guardo de aquel trabajo en el sur limeño...