Volverán las Potables Bailarinas (A las ficheras de los NC)

[Vallejo Recargado]

Buenas tardes compañeros. Les comparto mi tristeza. Anoche, luego de sentarme a leer un rato por la Plaza Francia y luego recorrer la Av. La Colmena pude ver lo que otrora eran centros nocturnos de diversión, refugios de almas solitarias sedientas de cerveza y placer. Ahora lucen mustias, cual sucursales de la Casa Matusita, algunas tapiadas y con tremendo bloque de concreto, como Muros de Berlín. Y no pude evitar que vengan a mi memoria recuerdos gratos e ingratos de estos locales, que detallaré mejor con el poema del gran Gustavo Adolfo Bécker.

Volverán las Potables Bailarinas (A las ficheras de los NC)

Volverán las potables bailarinas

en la barra sus tangas a colgar,

y, otra vez, con la mirada al respetable

coqueteando llamarán;

pero aquéllas que al llegar te saludaban         

atentas, cariñosas y la jarra hacian durar,

aquéllas que hasta aprendieron nuestros nombres...

ésas... ¡no volverán!

Volverán las despachadas como Oriana

que su enorme pechereque te provocaba tocar,             

o tal vez las caderonas como Fabiola

que su buen formado derriere te hacía alucinar

pero las actuales, cuadradas, poco agraciadas y sobradas

cuyas miradas se fijan en nuestras billeteras nada más

y se beben las jarras de cerveza como refresco       

como las de antes... ¡no volverán!

Volverán por obra y gracia de nuestra alcaldesa

que sin piedad mando a cerrar estos locales sin imaginar;

que eran albergues de corazones rotos y solitarios

que con una bailarina la felicidad ansiaban encontrar

donde se encuentren las Gabrielas, las Fabiolas y las Orianas,

las Shirleys, Jimenas, Glendas y demás

como yo las he querido..., desengáñense:

¡así no las querrán!