Pinchoreto Publicado 9 de Agosto del 2013 Share Publicado 9 de Agosto del 2013 Aquí un artículo sobre algo que está plenamente vigente AL QUE LE CAIGA EL GUANTE QUE SE LO CHANTE La ignorancia, los clichés y las ideas preconcebidas de los hombres sobre la sexualidad femenina dificultan la comunicación profunda para lograr la plena satisfacción de sus parejas, mientras que las mujeres se han acostumbrado a mentir para complacer • Es el secreto mejor guardado del mundo femenino: las mujeres que nunca fingieron un orgasmo se cuentan con los dedos... de una oreja. Ellas, que confiesan todo en una reunión de amigas, no suelen hablar sobre el tema que les da pudor y las avergüenza porque, después de siglos de estar exiliadas de la intimidad de su cuerpo y sometidas al deseo de sus hombres, tienen desde hace unas pocas décadas, el imperativo de gozar del sexo y demostrarlo. Madres castas o voluptuosas prostitutas en Occidente, mujeres ocultas a la mirada de los hombres y mutiladas en el corazón de su sexualidad en Oriente, ellas han sido estudiadas y formateadas según la mirada masculina por diferentes disciplinas sin haber logrado, hasta el siglo pasado, un estatus de objeto de estudio especial, ni mejor ni peor que los varones, solo y simplemente distintas. Este hecho inaugural es desconocido en amplios sectores de la población, tanto por varones como por mujeres, a pesar de las décadas transcurridas. Fue el descubrimiento de la píldora anticonceptiva, a mediados del siglo pasado, lo que ofreció a las mujeres la posibilidad de separar la sexualidad de la procreación y decidir el cómo, cuándo y cuánto de su maternidad; esto, junto con la irrupción de las diferentes oleadas de los movimientos de liberación femenina, fue lo que puso al placer sexual entre los nuevos derechos de la mitad del planeta. Es por eso que hace siete años, en una pequeña ciudad de Brasil llamada Espertina, un concejal de nombre Arimateio Dantas decidió promulgar el Día Internacional del Orgasmo Femenino a través de una ley por la cual se dedicaría el día entero a que los maridos, amantes, novios o departientes sexuales satisfacieran a sus mujeres y las compensaran por las “deudas sexuales” contraídas durante el año. La iniciativa de satisfacción estimulando sus zonas erógenas —especialmente el clítoris— para que llegaran al clímax, se fijó en cada 8 de agosto, y rápidamente fue adoptada por países como Dinamarca, Noruega, España, México, Perú y Argentina, con acatamiento dispar. Los datos son elocuentes. Algunos estudios apuntan a que más de 90 por ciento ha fingido un orgasmo al menos una vez en la vida. En el Informe Hite sobre sexualidad femenina, de 1970, el 53 por ciento de las encuestadas contestó afirmativamente a la pregunta de si fingía alguna vez sus orgasmos. ¿La causa? Según Shere Hite :"La enorme presión para que las mujeres tengan un orgasmo durante la penetración vaginal”. Fingiendo el orgasmo las mujeres terminan con una situación molesta que no las lleva a ninguna parte y salvan la autoestima masculina mostrándoles que les han dado un gran placer. Una encuesta realizada por el Instituto Mexicano de Sexología (Imesex) arrojó que la mitad de las mexicanas confesó jamás o muy rara vez haber experimentado un orgasmo, y según un estudio realizado por el Instituto Kinsey de Estados Unidos, solo un tercio de las mujeres en todo el mundo llegan al orgasmo a partir de prácticas sexuales. Por siglos de sujeción al deseo masculino, devenido desde el comienzo de los tiempos como modelo del hacer y el placer sexual, la mitad de la población del planeta ha vivido creyendo que su sexualidad es igual a la del varón, regida por las mismas zonas erógenas y los mismos tiempos de excitación, algo que indefectiblemente lleva a las mujeres a la frigidez, con la consecuente vergüenza y la necesidad de ocultamiento. La cultura apoya en mucho estos estereotipos. En las películas se ve: la mujer hermosa, casi fatal, se acerca al hombre y le arranca la ropa. Tienen un sexo sin juego, desenfrenado, a horcajadas contra la pared. Ella hace: ¡”Ah! ¡Ah! ¡Ah!” y llega al orgasmo en segundos, en el mismo instante que él. “Es una fantasía totalmente irreal pero ése es hoy, lamentablemente, el modelo del goce femenino —protesta Sonia Blasco, médica sexóloga y psicoanalista argentina, autora entre otros libros de Camino al orgasmo. La sexualidad femenina sin secretos. “Se trata de un modelo totalmente engañoso. La mujer piensa que ésa es la normalidad y como a ella no le pasa, cree que tiene que fingir. No tiene el comienzo de una excitación, pero le arranca la ropa como hace la actriz, jadea y grita y ya está todo bien. Y los hombres, que también ven películas, están del todo convencidos de que ése es el orgasmo de las mujeres”. ¿Por qué? “Ellos están aún más desinformados que ellas, sobre todo los jóvenes, no solo porque pocas mujeres les hablaron con verdad sobre sus necesidades y deseos, sino porque su propio narcisismo les hace creer que la sexualidad femenina es igual a la de ellos y que la sola potencia de su pene es garantía del goce femenino”, explica Blasco. Las cosas distan mucho de ser verdad, tal como demostró Meg Ryan en la memorable escena de Cuando Harry conoció a Sally: cualquier mujer puede fingir el más intenso de los orgasmos jadeando y retorciéndose sentada a la mesa de un restorán frente a un humeante plato de fideos. Pero ¿todas las mujeres mienten? En 1965 el médico Alexander Lowen, creador de la Bioenergía, escribió desde su experiencia clínica: “La mayoría de los hombres siente que llevar a una mujer al orgasmo a través de la estimulación clitoridiana —el verdadero punto del placer femenino— es aburridísimo. Que el coito se retrase impone una restricción a su deseo masculino natural de cercanía. Si lo hace durante el coito, el hombre se distrae de la percepción de sus sensaciones genitales. Acariciarla después de haber él tenido un orgasmo tampoco funcionaría, ya que le impide disfrutar de la paz y la relajación que son el premio a la sexualidad”. Y ese malestar pesa sobre la intimidad de la relación. Ian Kerner , consejero en sexualidad, columnista de la CNN y autor del popular libro She Comes First, recuerda investigaciones de la Universidad de Chicago que muestran que los hombres alcanzan el orgasmo durante el coito de manera más consistente que las mujeres, y que tres cuartas partes de los hombres siempre llegan al orgasmo, pero menos de un tercio de las mujeres lo logra. Según los doctores Kim Wallen y Elisabeth Lloyd, quienes recién publicaron en el Journal of Hormones and Behavior, un estudio titulado Excitación sexual femenina: Anatomía genital y el orgasmo en el coito, mientras un hombre pasa de la pubertad a la edad adulta, sus probabilidades de eyacular (y presumiblemente de llegar al clímax) aumentan del 5 al 100 por ciento en tan solo cinco años. Este aumento parece ser mucho más gradual en las mujeres: según Kinsey, la probabilidad de que una mujer experimente un orgasmo aumenta de forma lenta a lo largo de 25 años, pero ni siquiera se acerca al 90 po ciento. Esta “discrepancia en los orgasmos” entre los sexos podrían ayudar a explicar por qué en la encuesta realizada en Estados Unidos National Survey of Sexual Health and Behavior (Encuesta Nacional de Salud y Comportamiento Sexual), 85 por ciento de los hombres dijo que su pareja experimentó un orgasmo en su relación sexual más reciente, mientras que solo 64 por ciento de las mujeres informó que lo tuvieron. Según los los especialistas, el problema es que cuando una mujer decide fingir porque no se anima a decirle a su pareja que necesita más estimulación o que la penetración sola no le alcanza, inicia una cadena de mentiras que puede durar años. A consulta llegan mujeres que fingieron orgasmos por 10 o 12 años con su marido y después, cuando se dieron cuenta de que ellas también tenían derecho al placer, no sabían cómo decir la verdad. Por eso los sexólogos suelen recomendar no decir que ocultaron el tema durante años —sería algo difícil de perdonar— sino plantear que desde hace algún tiempo ha dejado de sentir como sentía y necesita explorar nuevos caminos. Hasta que una mujer conozca su cuerpo y lo que le gusta y cómo le gusta, y reconozca que su manera de sentir es válida, no podrá buscar (hacerse responsable de) su satisfacción y legalizarla con su compañero. Es fundamental que la mujer pueda pedir lo que quiere porque a veces el varón la estimula donde él cree que a ella le gusta, y como ella no le dice nada, él sigue repitiendo los mismos recursos y la relación pierde toda posibilidad de un encuentro placentero. Ellas temen hacerle sentir mal, pero no es necesario decirle “Eso no me gusta”. Puede decirle: “Esto me gusta” y, por eliminación, él se va a dar cuenta de que lo otro no le gustaba. Ambos tienen que compartir lo que les molesta y lo que les agrada. “¿Si no hablas, cómo pretendes que te entienda?”, dice la española Sylvia de Béjar en su libro Tu sexo es tuyo, donde da información para lograr una buena comunicación: “Puede que te parezca imposible, pero todo es comenzar. 1) Buscar el momento: no iniciar la conversación cuando estén cansados, enojados o tensos. Si la inicia él, es mejor pedir aplazar la comunicación para otro momento más tranquilo. 2) El cómo es tan esencial como el qué decimos. Es mejor hablar de lo que sientes o necesitas (“Me gustaría….”) y no de lo que él hace mal o deja de hacer. “Extraño tus besos”, “Me encanta que me acaricies suavemente”. La mayoría de los hombres desean satisfacer a sus parejas, y si no lo logran es porque no saben. 3) No abrir varios frentes a la vez: hay que plantear las necesidades una por una. 4) Negociar y llegar a acuerdos, cuando haga falta. Ninguno debe sentirse utilizado ni creer que sale perdiendo. No sirven los golpes bajos o culpabilizar al otro para lograr lo que se quiere. Y mucho menos, amenazarlo. Después de todo, si descubres que nunca vas a obtener lo que deseas, tienes derecho de decidir en consecuencia. Enlace al comentario Compartir en otros sitios web More sharing options...
zFaMosito Publicado 19 de Agosto del 2013 Share Publicado 19 de Agosto del 2013 No lei todo el articulo pero note qe decia "casi el 90 % finge un orgasmo" , pero la duda es cuando saber si tu pareja de verdad tiene el orgasmo , porque yo tengo una anecdota aver les contare : pienso yo qe de verdad mi flaca se habria venido ... ;) Esto paso con mi enamorada , en el momento de cache empezamos con los previos y todo eso , ya estando encima de ella le hablaba cosas bonitas al oido , luego subio arriba a cabalgar asta ahi too tranki pero luego la puse en misonero le estaba dando al hombro sin parar ,luego solita ella me ase que de la vuelta sin sacar mi pene de su vagina , hasta que se subio arriba de nuevo ahi si ya esta moviendose bien hacia delante y atras , como queria chuparle las tetas me sente recostandome contra la pared de la cama ahii ya mi jerma me mordia y yo sentia como mis huevos estaban mojandose , yo pensaba mi sudor jajaj pero era su baba q me estaba empapando todo el pelvis :-[ :-[, puxa ahi se me prendio el fokito de la cabeza y empeze a tocarle las tetas como mi jerma se contraia , todo lo q le agarraba le era sensible , me mordia los labios . etc .. wenoo despues de esa vivencia qe tube .. Yo pienso q mi jerma se vino ... ;D saludos. zFamosito 8) 8) Enlace al comentario Compartir en otros sitios web More sharing options...
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